Hace como un mes me dijeron que mi tía tiene cancer al estómago. Y que es terminal. Le dieron como seis meses.Cuando a uno le dan esas noticias lo normal es que llores. Que estés devastada y que el estómago se te revuelva de pensar en el hecho de saber en cuanto tiempo se va a morir tu tía, pero a mi no me paso nada de eso. Ni parecido. Con mi tía S no nos llevamos muy bien... no nos llevamos. Hace tiempo, cuando yo era más chica sí, era una tía normal, como las demás tías que te vienen a ver a la casa de vez en cuando para hablar con tu mamá o de visita a conversar con tu abueliata y que tienes que saludar por obligación para que no te reten... La cosa es que yo crecí y ella se puso más vieja, amargada y conservadora - convencionalista - de lo que era antes. Lógico, a la mayoría le pasa.
De ahí ya no nos llevamos.
Cuando mi tía B entró a mi pieza un día en la mañana llorando y me contó yo no quise llorar. No pude - porque he intentado (?) - Tampóco me puse feliz; soy psicótica pero nunca tanto como para desearle mal a un pariente - por más mal que me caiga - y en vez de eso la sensación de nada fué la protagonista. No sentí ni siento nada cuando pienso en eso; solamente me imagino dentro de una pieza blanca de pie. Nada más.
El punto es que nunca me había pasado eso y es raro, me siento mala por no sentir pero también siento que sentir sería demaciado hipócrita después de tantas cosas. Asumía que el tema me daba lo mismo, pero en verdad creo que no. Y eso es lo raro.
No me entiendo para nada.

